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El centralismo en el Perú ha sido una de las principales causas del olvido y la desigualdad existente entre los peruanos de las diferentes regiones. Era un dicho popular “Lima es el Perú”. A cualquier proyecto de conectividad a lo largo del territorio nacional se le clavaba el sambenito de “No existe flujo necesario de vehículos que garantice la inversión” y el resultado era pueblos olvidados, sin porvenir y con desastrosas carreteras, no importando la calidad de vida en las regiones.
Líderes del sur, ante esta carencia durante varios periodos de gobierno, demandaron el mejoramiento de la infraestructura de soporte, entre ella la carretera Interoceánica Sur.
La propuesta obedecía a mejorar la economía sureña. Producto de su deterioro, las grandes empresas del sur habían emigrado a Lima, para complacencia de los centralistas y aplausos de los principales gremios limeños.
La Interoceánica Sur, obra trascendental desde nuestro punto de vista, lamentablemente se ha visto manchada por actos de corrupción de autoridades nacionales que deben ser castigados con rigor. Esta valiosa carretera también es víctima de desconocimiento de políticos y comunicadores sociales, quienes ignorando sus logros, la cuestionan como obra faraónica y la tildan de “elefante blanco”.
Los que no conocen la realidad de esta carretera ignoran que el tránsito vehicular es cuatro veces el previsto a la fecha, que ha mejorado sustancialmente la calidad de vida de todos los pueblos por los que discurre y ha incrementado operaciones comerciales y turísticas con Brasil, a pesar del poco apoyo estatal en este sentido.